“Las programaciones se han quedado anoréxicas”
Con una antigüedad de 20 años, la ADGAE (Asociación de Empresas de Distribución y Gestión de las Artes Escénicas), lucha por dar prestigio y visibilidad a la profesión del distribuidor, algo que en los últimos años se está haciendo notorio; prueba de ello es el reconocimiento a la labor de dicha asociación en la V Edición de los Premios COFAE.
A pesar de ello, surgen muchas cuestiones en torno a la distribución, toda una desconocida dentro del mundo escénico: ¿Es la distribución teatral una de las asignaturas pendientes de las artes escénicas? ¿Tiene una formación reglada? ¿Por qué en los presupuestos para levantar un proyecto no existen partidas para la distribución? ¿Hay intrusismo?
Para hablar de estas y otras cuestiones que surgen relacionadas con este oficio, charlamos con tres distribuidoras adscritas a la ADGAE: Maribel Mesón (Libélula Teatro), Silvia Pereira (Territorio Violeta) y Susana Rubio (Nuevos Planes).
¿Cómo llegáis al mundo de la distribución?
Susana Rubio: Tengo una distribuidora que se llama Nuevos Planes en la que trabajo, principalmente, con compañías de teatro contemporáneo. Obras de teatro de autores y directores jóvenes contemporáneos como Club Caníbal, Lucía Miranda, con Cristina Rojas… El mayor es Chiqui Carabante que tiene 50 años, como yo. Digamos que la franja de edad más representativa va de 35 a 45 años. Hice Trabajo Social, Psicología Social, luego hice Arte Dramático y ahí ya empecé a trabajar en una compañía durante un tiempo y después fui madre de gemelos y volví a dar un viaje en mi trayectoria profesional e hice un Máster de Gestión Cultural y a raíz de ahí quise trabajar con algunas de las compañías con las que había trabajado a nivel actoral. Hay un hueco muy grande en la distribución porque no somos muchos y para mí fue una oportunidad. Llevo desde 2015 desarrollando este oficio.
Maribel Mesón: Yo empecé a trabajar en las artes escénicas en el año 92, en ese magnífico año de la Expo, las Olimpiadas…fue un año brutal. Empecé en el Festival de Teatro Clásico de Mérida en producción; bueno, me contrataron como la secretaria del director artístico, que entonces era Manuel Canseco, pero claro era un puesto enmascarado. Ahí hacíamos de todo. Ese fue mi máster, hacíamos producción, llevábamos el marketing, la prensa…todo. Fue bastante interesante. En la distribución empecé a dedicarme profesionalmente a partir del año 2001, embarazada de mi segundo hijo. Ahora distribuyo bajo el sello de La Libélula Teatro con el fin no solo de distribuir, sino de producir mis propias obras. Actualmente distribuyo, sobre todo, espectáculos familiares musicales. A la vejez viruela, he descubierto el público infantil, al que adoro.
Silvia Pereira: Mi empresa es Territorio Violeta, pero vengo de mucho antes. Creo que soy la mayor y llego a la distribución desde la gestión de un espacio en el que hacemos actuaciones. Llego al teatro desde “los afines al teatro”, como yo los llamo, porque empiezo haciendo cabaret, magia, malabares… este tipo de espectáculos que había en el circuito de café-teatro de Madrid en los últimos coletazos de La Movida. Empecé en el 85 programando este tipo de espectáculos en mi espacio, me iban llamando de otros para poderlos contratar y empecé a vendérselos a ellos. Muchos saltan directamente a las televisiones y se empiezan a hacer famosos. Digamos que yo subo a los teatros de la mano de Juan Tamariz, Pepe Carrol, Faemino y Cansado, Pepe Viyuela… También hago mucha producción para este tipo de espectáculos. En 2001 abro una empresa que se llamaba Entre Bastidores y en 2018 empiezo a trabajar con Rosa Merás que es mi socia actual, cerramos nuestras respectivas empresas y arrancamos Territorio Violeta. Al montar esta empresa, lo hicimos con más cabeza, decidimos dónde queríamos situarnos y qué queríamos hacer. Todo lo que incorporamos a la empresa tiene un contenido social o una mirada de igualdad. También estamos gestionando festivales que hemos creado a partir de la empresa.
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