Los datos de acoso escolar son escalofriantes y no hay medida alguna de efectividad contrastada. Es un problema que parece enquistado y terriblemente colateral al sistema educativo o a la convivencia entre niños, niñas y adolescentes.

Y nos negamos a asumirlo así. Por eso necesitamos el Teatro.

A modo de un gigantesco periódico internacional, la trama principal de nuestra obra va trenzando tres historias lamentablemente cotidianas: un caso de ciberacoso, encarnado en Amanda Tood, la joven canadiense que se suicidó en 2012, dejando un testimonio en Youtube que conmocionó a la opinión pública; Alicia, una entre mil de las jóvenes afectadas por la anorexia y la bulimia nerviosa, una víctima de los cánones impuestos por la publicidad y la moda; Tim Robberick, uno entre mil, el joven holandés que se suicidó tras soportar años de acoso escolar…

Tres historias trenzadas… un tándem permanente V&V, víctimas y verdugos, que se superponen en un bucle interminable… en un intercambio de papeles permanente, donde nadie aparenta lo que es, donde todos pueden cambiar de rol en cuestión de segundos… éstos son los principales protagonistas de nuestra historia.

Jóvenes de carne y hueso, sin caracterización, con su música, con sus ropas, con sus palabras, que se autoplantean una pregunta: ¿Por qué? ¿ hasta cuándo? ¿ qué puedo hacer yo?.
Todos conocemos miles de casos muy cerca…PERO NADIE HACE NADA…dicen en escena…por qué ? por miedo a qué? BASTA, BASTA, BASTA…